La honra de ser el primer oriundo o descendiente asiático en el Pabellón ha recaído sobre Mamoru Matsunaga, una leyenda de las artes marciales que vino al mundo en Kagoshima, Japón, hace justamente hoy 73 años y nueve días de su elección.

Fue elegido al Pabellón de la Fama por ser el primer y principal propulsor de las artes marciales en la República Dominicana

Mamoru Matsunaga es considerado el padre del juego del judo en República Dominicana, deporte que introdujo al país con su llegada a suelo patrio en 1957 cuando apenas había rebasado la adolescencia.

Tan pronto arribó a Quisqueya el hoy inmortal comenzó a impartir la práctica del judo del Kodokan.

Matsunaga se fue dominicanizando rápidamente El postergamiento ilimitado de su regreso a Japón fue el factor determinantes que guió a Mamoru a ingresar a la Policía Nacional , adquirir la nacionalidad dominicana y comenzar a planificar el futuro del judo nacional, lo que lo llevó a fundar su propia escuela.

Organizó el primer intercambio internacional contra selecciones de Aruba y Curazao en 1963 y los visitantes ganaron el evento celebrado en Radio Televisión Dominicana.

Al año siguiente Mamoru también se convertía en el primer árbitro de judo dominicano el ser seleccionado para impartir justicia en el Campeonato Panamericano disputado en Puerto Rico.

Matsunaga ha sido Instructor del Cuerpo de Hombres Rana de la Marina de Guerra, de la Fuerza Aérea, de la Academia Batalla de las Carreras, del Circulo Deportivo Militar, de las Fuerzas Especiales de Paracaidismo, en Operaciones Especiales de la Policía Nacional, de las Mujeres Policía, y de la Academia Policial, donde ha sido entrenador en defensa personal.

Matsunaga, Octavo Dan del Kodokan, se ha mantenido impulsando, desarrollando y masificando el judo hasta sus 73 años recién cumplidos.