DAVID ORTIZ
Nació el 18 de noviembre de 1975 en Santo Domingo.
La letra “D” en el nombre de David Ortiz bien podría ser por el dramatismo al que nos acostumbró durante su luminosa carrera en Grandes Ligas, una en la que el mastodonte dominicano siempre fue el protagonista de los momentos estelares.
Veinte veces en series regulares, los batazos de Ortiz dejaron a sus rivales tendidos en el
terreno para ocupar el tercer lugar en la historia, y sus tres cañonazos de oro en postemporada –todos en la de 2004- le otorgan un sitial solitario en los altares del beisbol.
Solo en el período entre 2003 y 2006, la Sociedad Americana de Investigación Beisbolera (SABR por sus siglas en inglés) indica que David tuvo 15 batazos sepultureros –dos en 2003, cinco en 2004, tres en 2005 y
cinco en 2006.
Su mismo retiro del juego estuvo rodeado de glamour al disfrutar de la mejor campaña final
que ojos humanos hayan visto despidiéndose con un liderato en dobles (48), carreras impulsadas (127), slugging (.621) y OPS (1.021).
Portador de tres anillos de Series Mundiales al abandonar los diamantes, Ortiz dijo adiós
al juego con más de 600 dobles (632) y 500 cuadrangulares (541), una hazaña solo lograda en esa época por Hank Aaron y Barry Bonds y luego emulada por su compatriota Albert Pujols.
En 2013, durante su última visita al Clásico de Otoño, “The Big Papi” rubricó una actuación sensacional al batear para .688 (16-11), el más alto promedio en los anales del evento que le valió, entre otras estadísticas, el premio como Jugador Más Valioso.
Esa fama de toletero intimidante le acompañó hasta su campaña de despedida cuando por tercera vez en cuatro años encabezó la Liga Americana en pasaportes intencionales con 15 y así terminar con 209 para el puesto 16 en los libros de récords.
Al lado de ese enorme caudal de números ofensivos figura el rol de la Fundación Fondo para la Niñez que lleva su nombre en procedimientos médicos a favor de infantes con cardiopatías, actividad caritativa que le ha merecido ganar dos veces el Premio Roberto Clemente por sobresalientes méritos dentro y fuera del terreno.