Fernando Arturo Miranda (Pindú)
Fernando A. Miranda (Pindú) nació el 5 de diciembre de 1897, en Santo Domingo, República Dominicana.
Pindú residía en la misma esquina de las calles formada por las hoy Avenida Duarte y Avenida Mella, en la acera suroeste, donde existe ahora una popular tienda por departamentos.
El fenecido poeta y escritor Pedro René Contín Aybar una vez narró que “Miranda era alto (6’0” para la época), de complexión robusta, cintura estrecha (34 de pantalones), caminar rápido, bello semblante masculino, piel cetrina, ojos y cabellos negros, mirada firme, voz enérgica, apariencia sumamente agradable, y era el prototipo del verdadero atleta solo comparado con Jim Thorpe, guardando la distancia”.
Miranda fue un excelente nadador cuyas hazañas en la playa de Güibia, al enfrentar a tiburones, corrían de boca en boca, armado sólo con un cuchillo, gozaba de gran popularidad entre los bañistas de la época.
El atleta defendió el jardín central de los Tigres del Licey entre 1917 a 1922. Poseía un formidable brazo que era respetado por los corredores, saltador de garrocha, lanzador de disco, experto en tiro con pistola, hábil jinete y otras actividades más.
Contín Aybar describió a Pindú como una máquina humana dentro del deporte por sus brillantes actuaciones en todos los deportes practicados hasta esos años.
Miranda era jardinero central impecable y gusto era admirar la confianza con que defendía sus dominios. Esa confianza era sólo comparable con la que los devotos de los Tigres ponían en él cuando la bola se alzaba por sus predios. Gusto era admirar su brazo formidable cuando, haciendo alarde de su potencialidad, se iba al fondo del center field para enviar la esféride de strike al home. No era muy fácil el ‘pisa y corre’ cuando la bola estaba en manos de Pindú.
Fernando era fuerte bateador, corredor ágil y peligroso, nunca desmayaba su ánimo, siempre optimista y valiente. No admitía la derrota sin haber quemado el último cartucho. Ni aún en aquella visita que nos hiciera por primera vez el equipo Cuban Stars, en 1920, cuando precipitadamente se convocaron los legionarios de nuestro béisbol para ofrecernos un recital de pitcheo por Fellito Guerra y un estacazo de tres esquinas de Pindú.
Pindú se enlistó en el Ejército Nacional, pero murió muy joven. A los 28 años de edad, el 13 de agosto de 1926, víctima de tuberculosis, una enfermedad aún sin control en nuestro país. En 1955, cuando la ACD eligió los mejores atletas en 12 deportes practicados hasta ese año, en béisbol fueron seleccionados un total de 29 y Miranda recibió los créditos como ‘mejor jardinero central’ de todos los tiempos.
Su esposa, Concepción de Miranda, colocó durante 13 años una esquela de invitación a misa en la Iglesia Nuestra Señora de Las Mercedes, en cada fecha de aniversario de su fallecimiento. Miranda recibió la exaltación al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano durante la primera entrega del mismo, en 1967.