Nació en Hamburgo, Alemania, el 12 de septiembre de 1937, empero, utilizó toda su capacidad, talento y energías para desarrollar el deporte dominicano, en particular el tenis de mesa en la Zona Norte y de manera muy especial en Santiago. Llegó a la República Dominicana en 1959, a la edad de 22 años, y desde ese momento se sintió cautivado por un país del que jamás volvería a salir.

Contrajo matrimonio con la dama santiaguera Julia Lora, de cuya unión nacieron Jens Augusto, Walter Francisco, Alice Virginia, Heidi Mercedes y Johanna Desirée.

El tenis de mesa, deporte que practicó en su juventud y al cual le dio un impulso extraordinario con su trabajo esmerado, fue uno de los deportes rey del país a nivel de Juegos Centroamericanos y Panamericanos a partir de la década del 70, con atletas como Mario Alvarez Soto, Juan Vila, Raymundo Fermín, hoy todos inmortales, y Francisco Boyero entre otros.

Hieronimus le dio al tenis de mesa dominicano un carácter internacional. Fue además un mentor de la prestigiosa Unión Deportiva de Santiago (Udesa), a partir del nacimiento de esta institución el 1977 siendo un soporte enorme por sus aportaciones en metálico, sus ideas y el trabajo realizado en la organización.

Hieronimus fue uno de los comisionados por las autoridades de Santiago, el Gobierno dominicano y el Comité Olímpico para buscar la sede de los Juegos Deportivos, Centroamericanos y del Caribe de Santiago ’86, objetivo que logró junto a un puñado de notables ciudadanos, dirigentes y deportistas.

Hieronimus no llegaría a ver concluida la obra que ayudó construir, como fueron los Juegos Santiago ’86, ya que dos años antes, el 12 de abril del 84, la muerte le sorprendió en Washington, Estados Unidos, donde realizaba labores relativas a la magna justa regional