JOSE A. BRICEÑO (Viejo Boy)
El profesor José A. Briceño nació el 14 de agosto de 1912, en la ciudad de Puerto Plata, República Dominicana. Dedicó 43 años de su vida a la Educación Física y los deportes.
Briceño egresó de la antigua Escuela Nacional de Educación Física (ENEF), durante la promoción de 1950, junto a notables hombres y mujeres como Gregorio Domínguez, Adriano Hernández Veloz, Rafael Ortiz Celado, Enrique Matos Feliz, Hilda Camarena, Manuel Díaz Sánchez y Fedora Schils, entre otros.
En sus años mozos, ‘Viejo Boy’ se distinguió notablemente como beisbolista, alcanzando a ser receptor del gran pitcher criollo Diómedes -Guayubín- Olivo, a quien sirvió de instructor en los inicios de su carrera.
Antes, para 1930, Briceño ya era instructor de Educación Física y orientador en las actividades deportivas de la mayoría de los centros educativos puertoplateños. Al cabo de cuatro décadas de meritoria labor, fue nombrado Inspector Regional de Educación Física Escolar con asiento en la ciudad de Puerto Plata.
Briceño prestó servicio por largos años como instructor y manager en otros deportes como voleibol, baloncesto, atletismo y fútbol.
‘Viejo Boy’ ofreció sus servicios en las escuelas Antera Mota, José Debeau, Virginia Ortega y otras; así como diversos colegios puertoplateños. Junto a Gustavo Behal, ‘Viejo Boy’ ocupa un lugar privilegiado y venerable del deporte en la ‘Novia del Atlántico’.
Briceño falleció el 22 de enero de 1974, a los 61 años de edad, cuando se encontraba entregado al entrenamiento de unos 70 jóvenes que tendrían a su cargo la misión de conducir desde el municipio de La Isabela hasta San Felipe de Puerto Plata, la antorcha olímpica de los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados a partir del siguiente mes en Santo Domingo.
La muerte del maestro Briceño llenó de tristeza a toda la población puertoplateña por la merecida admiración y simpatía que hacía él sentían las generaciones que el propio Briceño orientó con sus prédicas y enseñanzas, porque toda su vida la dedicó a los deportes, haciendo honor al lema de ‘menta sana en cuerpo sano’.
En su honor, el principal estadio de béisbol de Puerto Plata lleva su nombre.
Briceño recibió la bendición de ser exaltado al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano durante el ceremonial de 1977.