LUIS ÁNGEL MONTALVO
La historia del béisbol aficionado dominicano tiene un lugar apartado para Luis Ángel Montalvo Castillo, un hombre que realizó invaluables aportes a este deporte, abriendo surcos por los que transitaron generaciones de peloteros exitosos.
Para tener una idea de su impacto en el beisbol dominicano, le tocó dirigir a jugadores de la talla de Felipe Rojas Alou, Juan –Piñao- Ortiz, Fidel Mejía, Oscar Valdez, Diógenes Belliard, Iván Crispín, Mariano Duncan y Félix Fermín, quienes hoy son inmortales del deporte.
Su primera experiencia como dirigente la tuvo comandando el equipo del Instituto de Conductores en el Torneo de Béisbol AA del Distrito Nacional, en 1953. Los cinco campeonatos distritales y uno nacional como dirigente de varios equipos, fueron solo la zapata de lo que más tarde lo llevaría a ser un estratega excepcional. De esa etapa de su trabajo, en sus últimos 11 años logró llevar a las finales a nueve de los equipos que dirigió.
Su reputación como dirigente de peso se elevó hasta lo más alto al comandar la Selección Nacional que obtuvo la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de La Habana 1982, sin duda un hito para la época.
Montalvo ya venía ensanchando su buena reputación desde 1972, desempeñando los roles de dirigente o asistente del seleccionado quisqueyano en diversos eventos internacionales, como Juegos Centroamericanos y del Caribe, Panamericanos y Olímpicos, así como también en Copas internacionales y Series Mundiales.
Dirigió el combinado que participó en la Serie Mundial Juvenil celebrada en Venezuela, en 1978 y estuvo al mando del equipo nacional que vio acción en el Mundial Superior de Corea, en 1982.
Merecen mención especial su labor de asistente en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 y al frente del seleccionado que representó al país en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Asistió además a series mundiales como las de Nicaragua en 1972, las de Cuba en 1973 y 1984; y Colombia en 1976.
Su labor como dirigente de selecciones nacionales, asistente de dirigente y entrenador nacional constituye un aporte de gran magnitud al desarrollo del béisbol dominicano