RAFAEL AMABLE ALVARADO (SONLLEY)
Amable Alvarado (Cabo Sonlley), nació el 1 de octubre de 1906, en Ciudad Nueva, Santo Domingo, República Dominicana.
Alvarado ha sido uno de los peloteros más agresivos y de más colorido que tuvo el país. Jugaba en los jardines donde hacía gala de uno de los mejores brazos entre los defensores esas posiciones en su época.
Jugó durante casi toda su carrera de beisbolista para los Tigres del Licey, y fue famosa su pasión por los colores de ese club, al punto de que cuando en alguna ocasión le tocó ser oponente de los azules, si su equipo ganaba y aún siendo él responsable directo de esa victoria, lloraba en la intimidad, la derrota liceísta, el club al cual perteneció desde 1924.
Sonlley resultó campeón bate en ese 1924, y tuvo destacada actuación para esa novena en los años 1929 y 1931.
Cuando la visita del venezolano club Concordia, en la década del 30, su actuación con el madero al hombre fue notable, y quedó detrás de Joshua Gibson, en promedio de bateo durante la serie.
El 4 de marzo de 1936, los Rojos de Cincinnati visitaron la República Dominicana para un juego, y Alvarado estuvo como cuarto hombre en el line-up, en cuyo partido conectó doble y sencillo en cuatro turnos.
Sus habilidades como jugador de extraordinario coraje y de positivo rendimiento fueron admiradas por los más consciente de la prensa deportiva de su época en países como Colombia, Cuba, México, Nicaragua, Panamá, Puerto Rico y Venezuela.
Junto con Enrique Lantigua formó la pareja de los únicos dominicanos en integrar el poderoso equipo de los Dragones de Ciudad Trujillo, que resultó ganador del torneo de béisbol.
profesional de 1937, uno de los más fuertes celebrados en el país por la extraordinaria calidad de los refuerzos. Estrellas todas de béisbol de color, que militaron tanto en ese club como en el de las Águilas Cibaeñas y las Estrellas Orientales.
Alvarado jugó frente a equipos tradicionales de ese tiempo, tales como Ponce, Guayama, Almendares, Cuban Stars, Concordia, Richmond, Hazleton, Cincinnati, y muchos otros, y frente a todos tuvo desempeño sobresaliente.
Dirigió el equipo Filtta, de la ciudad de Barranquilla, Colombia, siendo notable su preferencia y la cabida que otorgó a los jugadores dominicanos. Allí lo sorprendió la muerte, en 1950.
En 1945, integró el mejor club dominicano imaginario de todos los tiempos, seleccionado por una encuesta realizada por la Sociedad Pro-Deportes, y en la que figuraron Tetelo Vargas, Fernando -Pindú- Miranda y otros.
Llevado al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano durante el ceremonial correspondiente a 1973.